lunes, 29 de marzo de 2010

SAN PEDRO GARZA GARCÍA, N.L., 29 de marzo (apro).- La detención de Alberto Mendoza Contreras El Chico Malo, quien era el jefe de plaza del cartel de los Beltrán Leyva, terminó por derrumbar la credibilidad del alcalde de esta ciudad, Mauricio Fernández Garza.
Y es que El Chico Malo formaba parte de la red de “orejas” que tiene a su servicio el funcionario del municipio más próspero de México, con el propósito de, dicho por él mismo, limpiar la ciudad de la delincuencia.
Lastimada su credibilidad, Fernández Garza intentó defenderse al afirmar que El Chico Malo era un doble agente y que por esa razón echó mano de sus servicios.
En entrevista con APRO, el edil de San Pedro niega cualquier relación con el grupo de los Beltrán Leyva.

Las sospechas
No es el primer escándalo en el que se ve envuelto el funcionario municipal. A mediados del año pasado, el semanario electrónico Reporte Índigo difundió el audio de una reunión en el que el entonces candidato confiaba a sus interlocutores que había pactado con los Beltrán Leyva para mantener la paz en San Pedro, el municipio más prospero de México.
Descendiente del Clan Garza Sada, Fernández Garza negó siempre las imputaciones de dicha publicación, e inclusive, denunció que al editar el audio, sus expresiones fueron sacadas de contexto.
El pasado 31 de octubre, el acaudalado sampedrino cuya fortuna se calcula en unos 900 millones de dólares, rindió protesta como presidente municipal y, con su discurso inaugural, abrió una amplia polémica por anunciar la muerte de Héctor Saldaña Perales, alias El Negro Saldaña, cuyo cuerpo se localizó horas después en las inmediaciones de la delegación Cuahutémoc de la Ciudad de México.
Ese día, el munícipe anunció también la integración de un “grupo de limpieza” que se encargaría de realizar “el trabajo rudo”, a fin de “blindar San Pedro”, un municipio donde viven los millonarios regiomontanos, aquejados por delitos de alto impacto.
A ese grupo de limpieza, al que los medios de comunicación llaman “los rudos”, pertenecía Mendoza Contreras.
La detención de quien la Semar llamó El Chico Malo, se desarrolló el pasado 19 de marzo en la colonia Fuentes del Valle. También se detuvo a Hugo López Reyes, alias El Pin Pon.
         Los marinos informaron que en la vivienda había dos vehículos, 322 mil pesos en efectivo, 14 teléfonos celulares, dos computadoras, cinco armas largas, municiones y equipo de espionaje de alta tecnología.
La Semar informó oficialmente, que Mendoza Conteras trabajaba con Pedro Velázquez Amador La Piña, al servicio de los Beltrán Leyva y de la organización de Ignacio Nacho Coronel y Juan José Esparragoza El Azul.
Fue el propio Fernández Garza quien dio a conocer que El Chico Malo, era uno de sus rudos. Inclusive, en diferentes entrevistas, entre ellas esta agencia, aseguró que de las operaciones en que participaba el hoy detenido, estaban informadas diferentes instancias gubernamentales, entre las que destacó al gobierno del estado, el Ejército y la Secretaría de Gobernación.
Como ocurrió con sus expresiones de campaña, y luego con la muerte de Héctor Saldaña Perales, el munícipe fue llamado a declarar como parte de la indagatoria.
El pasado jueves 25, luego de declarar ante un agente del ministerio público, adscrito a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Siedo), de la Procuraduría General de la República (PGR), Fernández Garza aseguró que el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, sabía y avalaba sus operaciones policiacas.
Sin embargo, un día después, el viernes 26 de marzo, la SEGOB emitió un comunicado en el que rechazaba las declaraciones del alcalde sampedrino y reprobaba que se obtuviera información a cambio de impunidad o de proteger hampones.
Fernández Garza tuvo que recular: El viernes 26, ofreció una disculpa al titular de la Segob y sostuvo que sus declaraciones del viernes 26 fueron malentendidas, pues en ningún momento expresó que se valiera de criminales.

La duda sobre la Armada
En San Pedro Garza García, como en toda la zona metropolitana de Monterrey, elementos de la Armada han desplegado operativos que no siempre han dado resultados.
         Aquí, al menos se tiene registro de dos cateos, uno en el exclusivo sector El Palmar y otro de la colonia San Agustín, que dejaron aterrorizadas a una familia de comerciantes y a otra de académicos de la Universidad de Monterrey.
         Y salvo por la detención de El Chico Malo y El Pin Pon, no hay más detenidos.
         De hecho, las detenciones y cateos donde se han hecho aseguramientos, fueron realizados por elementos del Ejército Mexicano, que según el alcalde Fernández Garza, en entrevista con APRO, se produjeron por información de su grupo de inteligencia.
         El munícipe agrega: un dato más: la información que permitió descubrir a 30 policías coludidos y varios decomisos de armas y droga, fue producto de los informes que rendía Mendoza Contreras en el área de inteligencia municipal.
         “Por eso se me hace muy cuesta-arriba que Beto (Mendoza Contreras) haya sido beltrancista. No lo descarto, pero toda la información que recibimos y afectó a ese grupo, nos la proporcionó él”, afirma.
         Sostiene que desde hace tiempo ha tenido acceso a información sobre los capos que operan en la zona y en ningún reporte se establecía la identidad del ahora conocido Chico Malo, cuyo apodo tampoco conocía hasta el día de su detención.
         En el comunicado del pasado viernes 19, la Semar expuso que Mendoza Conteras estuvo vinculado a un cateo realizado cuatro días antes en la colonia Palo Blanco, lugar donde vive entre otros adinerados el exsecretario de estado y exgobernador, Fernando Canales Clariond.
         Tras la inspección militar fueron aseguradas 10 armas largas, así como una camioneta blindada Ford Expedition, modelo 2009 y unos 12 kilos de cocaína. La camioneta blindada exhibía en sus puertas el logotipo de la administración municipal. Además, los militares identificaron listados de nómina del ayuntamiento, que habían sido descargados de internet y cámaras de vigilancia que registraban movimientos en las calles aledañas.
         Según Mauricio Fernández, ese lugar había sido ocupado por Pedro Velázquez Amador La Piña, a quien considera jefe de plaza de los Beltrán Leyva, el 1 de marzo. Apenas 10 días después, sostiene, su grupo rudo logró identificarlo y se pasó la información al Ejército que armó el operativo en el que no se lograron detenidos.
         “Ahora me quieren achacar también eso. La camioneta traía logotipos falsos. Yo di la información sobre esa persona. Quererme ligar y asociar con un grupo delictivo cuando aquí estoy tratando de avanzar y encontrar soluciones y vuelven a joder con el tema de que estoy negociando. Todo mundo está negociando menos yo. Soy el único que está dando resultados, que vayan y le pregunten al resto de México, no a mi”, truena.

La batalla de Nuevo León
En un contexto donde la violencia se ha desatado desde la frontera norestense hacia toda la zona metropolitana de Monterrey, por el enfrentamiento entre el Cartel del Golfo y Los Zetas, así como de éstos con el Ejército Mexicano y la incursión de la Armada, San Pedro Garza García se ha mantenido al margen.
         Fernández Garza asegura que eso se debe a que con sus acciones han impedido la entrada de grupos delictivos, pues en febrero, un grupo de 15 miembros de La Familia Michoacana intentó asentarse en San Pedro, además de que el capo conocido como La Piña, ha intentado tomar el control de la plaza.
         “No hemos dejado entrar a los Zetas, ni a los Beltrán, ni a ninguno. Nosotros no estamos en esa guerra. Pero si me están quitando a mis informadores no se si alguien tenga intereses oscuros por entregar esto a los Zetas o a alguien”, dice.
         - ¿Cómo quién? –se le pregunta.
         - A veces hay gente perversa. No pueden ver algo que se está tratando de hacer bien y no ven los resultados –dice, para enumerar que no se han registrado secuestros, se acabaron las extorsiones, la venta de droga y de 10 camionetas robadas durante las semanas pasadas, se recuperaron siete.

Descoordinación total
Mauricio Fernández sostiene que en el país hay una descoordinación total entre cuerpos de seguridad, de manera que entre el ejército, la Marina, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la PGR no hay acuerdo.
         Agrega que es peor tratándose de esas dependencias con los gobiernos estatales y más aun con los ayuntamientos.
         “No comparten información, de allá para acá nada, de aquí para allá todo, porque todo lo que yo consigo lo comparto con el estado y la federación, pero ellos no dicen nada”, explica para justificar haber integrado un cuerpo de inteligencia.
         El edil afirma que cuenta con una red de 2 mil personas, que alimentan su red de información.
         “Hay un grupo al que le voy a pagar por la información, para poder seguir combatiendo el crimen organizado en San Pedro. A veces te la dan por cualquier razón: puede ser por fregar al vecino, por fregar al otro grupo, pero por favor no se asusten. Esto lo hace todo mundo y se paga. Lo hace la PGR, el Ejército, la DEA y todas las agencias internacionales. ¿Por qué no lo haría yo para resolver esto cuando nadie te comparte un carajo?”.
Y es que, “ahora resulta que no me dan información y si yo la tengo, me golpetean. No estoy dispuesto a seguir perdiendo el país, con actitudes pusilánimes de tanta gente”.
         - ¿Su grupo rudo tiene poder de fuego? –se le pregunta.
         Ataja de inmediato: “Eso, dice, no lo voy a contestar, porque echo todo a perder”.
 Admite que un grupo de empresarios aportan desde 5 mil hasta 100 mil pesos mensuales en efectivo, cada uno, con lo que está financiando la operación del grupo de limpieza, que desde que fue anunciado en su toma de posesión, advirtió que operaría “un poco fuera del marco de la ley”.
¿Es legal financiar un grupo así, sin que pase por las arcas municipales?, se le pregunta.
Responde: “Claro, esto es otra cosa, no tengo porque darle cuentas a nadie de lo que pago si no afecto el erario.
Sin embargo, el pasado martes 23 presentó al cabildo una propuesta con el objetivo de estudiar un plan “como los que se aplicaron en Colombia” para pagar informantes.
         Según Fernández Garza, a Mendoza Contreras se lo presentaron como un agente encubierto que realizaba tareas de inteligencia para varias agencias.
         El miércoles 24 el periódico El Norte publicó que un informe militar, efectivamente, tenía registrado al personaje como un informante.
         “Para mi era un agente doble o triple. La información que nos daba era muy puntual y sirvió para varios golpes que dio el Ejército”, dice, luego de reconocer que le pagaba aunque negándose a revelar los montos.
         Aunque lamenta que su grupo de inteligencia se haya visto deteriorado con la detención de El Chico Malo, insiste en que mantendrá vivo su cuerpo de inteligencia.
         “Hay un grupo al que le voy a pagar por la información, para poder seguir combatiendo el crimen organizado en San Pedro. A veces te la dan por cualquier razón: puede ser por fregar al vecino, por fregar al otro grupo, pero la información se busca en donde existe. Hay que busca ir a quien la pueda generar y pagarle.
“Yo estoy diciendo que hay que tomar el toro por los cuernos, desarrollar nuestros propios sistemas de información. Eso lo deberían de replicar en otras instancias y municipios pero son bastante cuadraditos, prefieren criticarme.
         “La delincuencia se combate con información y voy a seguirla buscando para abatir la inseguridad. Si a alguien no le gusta me vale madre. Y que quede claro: la información no la tienen las monjitas del Sagrado Corazón ni los monjes franciscanos”, advierte.

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Tribuna de Chihuahua