Ciudad Juárez, Chih. Unas 50 familias originarias de Veracruz, que llegaron hace más de 11 años a esta frontera en busca de una vida mejor, regresan a sus pueblos natales huyendo de la violencia en esta urbe como parte de un programa del gobierno de su estado.
Atraídos por la industria maquiladora desde la década de los 80, los veracruzanos echaron raíces en Ciudad Juárez: compraron casas, ganaron amigos y también se hicieron de sus primeros autos, chocolate la mayoría de ellos.
Calzaron botas vaqueras y portaron sombrero norteño, con camisas a cuadros y mezclilla para atiborrar los fines de semana las cantinas y discotecas.
Incluso, en su proceso de adaptación al crudo invierno del desierto, muchos murieron congelados, por hipotermia o asfixiados por el monóxido de carbono de los calentones caseros, hasta que cristalizaron el sueño de tener una vida mejor en familia.
Hoy las circunstancias los obligan a volver a su terruño, huyendo de la muerte, la violencia, la inseguridad, y en busca de lo mismo que siempre han perseguido: una mejor vida.
Para los juarochos, como se les conoce en la frontera, de un tiempo a la fecha en Ciudad Juárez la vida se volvió imposible. Muchos perdieron su trabajo en la maquila y otros conservan el empleo pero prefieren salvar la vida frente a la violencia.
Algunos regresan a Veracruz con parejas juarenses e hijos nacidos en colonias periféricas, que aun son más violentas que los fraccionamientos con casas de interés social donde llegaron a habitar hasta 10 personas en un espacio de 100 metros cuadrados.
“Queremos mucho a Juárez, pero queremos más a nuestros hijos en libertad y no presos entre rejas para protegerse de la violencia”, explica Hortensia Hernández con lágrimas en los ojos al dejar el fraccionamiento Riveras del Bravo, donde vivió.
Esta semana, las primeras 50 familias juarochas han regresado por avión a Veracruz, con gastos pagados por el gobierno veracruzano.
Sus muebles serán enviados por tierra en camiones de mudanza; sus carros chuecos fueron rematados al mejor postor, mientras camiones de mudanza pagados por el gobierno veracruzano suben los muebles en las calles Colombia y Reforma, punto de partida.
De acuerdo con la oficina de Veracruz en esta frontera, al menos mil 500 familias adicionales tramitan su regreso a sus lugares de origen para las próximas semanas.
Para ello, el gobierno de Veracruz anunció en días pasados una inversión de más de 50 millones de pesos en la contratación de vuelos charter o comerciales para trasladar a los veracruzanos que radican en Juárez y quieran regresar a la entidad por la violencia que el crimen organizado ha desatado en aquella ciudad.
A decir del gobernador Fidel Herrera, en la frontera norte viven más de 300 mil veracruzanos, en su mayoría provenientes de 42 municipios, y de ellos, se espera que unos 15 mil retornen por medio de este programa de apoyo para el transporte.
Además del traslado vía aérea de familias veracruzanas, también se realiza el viaje terrestre y ya está listo el primer traslado de 788 personas, 284 adultos y 504 menores de edad, que arribarán en los próximos días a los municipios de Vega de Alatorre, Martínez de la Torre y Atzalan.
LA JORNADA