lunes, 19 de julio de 2010

11 NIÑOS CON SIDA EN EL SUR DE TAMAULIPAS

http://www.bnp.gob.pe/snb/data/periodico_mural/2008/12/ciencia/sida-avanza.jpgTampico.- En el sur de Tamaulipas, el SIDA está avanzando de manera alarmante. Actualmente hay 11 niños de entre tres meses y 11 años de edad, que son portadores del VIH, cinco de los cuales fueron detectados este año. Uno de los primeros infantes que en la zona fueron confirmados positivos al virus, falleció recientemente tras no haber recibido la atención adecuada.
Esta enfermedad destruye de forma progresiva las funciones de determinadas células del sistema inmune, haciendo que el organismo del paciente se encuentre susceptible a contraer diversas infecciones, que terminan por poner fin a su vida. La médico tratante del Centro Ambulatorio para la Prevención, Atención del VIH/SIDA y de las Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits), Aída Cruz Vega, dio a conocer la dramática cifra y agregó que en los últimos cinco casos, los menores no presentaban síntomas, pero el virus se detectó al practicarse análisis de sangre por otros padecimientos de salud.
Explicó que los síntomas pueden variar según la etapa de la infección, aunque también es probable que no se presente ninguno. Sin embargo, es común presentar un cuadro gripal entre las dos y seis semanas de haber sido infectado. Precisó que otros signos de una infección inicial incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, glándulas linfáticas inflamadas y erupciones en la piel, sintomatología que a simple vista no permite diagnosticar el padecimiento.
La especialista señaló que los niños fueron infectados por sus madres en el embarazo, el parto o la lactancia. Expresó que la mayoría de las veces, no se detecta a tiempo a los niños con la enfermedad, porque no presentan síntomas o porque no piden ayuda en los Capasits. Debido a ello, no se les puede prolongar su vida.
“Hay niños que pueden presentar síntomas desde el principio, pero también existen casos donde puede pasar un año y el menor padezca simplemente algunas infecciones, pero sin ameritar hospitalización y puede ser que en este lapso se den cuenta que esté enfermo”, mencionó Aída Cruz. Incluso pueden existir casos en que los infantes estén de tres hasta siete años asintomáticos, sin necesidad de algún servicio hospitalario. Pero también hay quienes desde los tres meses se ponen muy graves y requieren una urgente atención médica especializada.
Uno de los primeros niños detectados con SIDA en la zona, desafortunadamente falleció en fecha reciente. Era un jovencito de 16 años que no recibió atención médica oportuna y adecuada, por lo que la falta de tratamiento aceleró su deceso.
Por lo anterior, Cruz Vega resaltó la importancia de que los padres de familia, ante cualquier tipo de síntoma extremo, de cualquier enfermedad, acudan de inmediato al médico, y con ello, mediante análisis, se pueda descartar esta enfermedad, y no sea demasiado tarde cuando se quiera actuar.
De aplicarse el tratamiento médico necesario, se podrá prolongar el periodo de vida de los pacientes y con ello, mejorar también la calidad de la misma. Y es que, no existe de momento vacuna alguna contra el SIDA, pero sí hay un tratamiento que permite que los niños puedan llevar una vida “normal”, siempre y cuando se haya realizado un diagnóstico precoz de la enfermedad y el tratamiento al que le sometan responda adecuadamente.
El rostro oculto del VIH
En México hay un total de 3 mil 196 casos acumulados de menores de quince años con el virus del SIDA, según el registro al 2009.
En la zona conurbada, el SIDA ha condenado a muerte a familias enteras. Una tarde de invierno, una pequeña de dos años visiblemente desnutrida, llegó muy grave al Hospital Carlos Canseco de Tampico.
Después de varios estudios, los pediatras que la atendieron no le hallaban el padecimiento, hasta que un examen terminó con los titubeos de los médicos.
La niña estaba infectada de SIDA. El terrible diagnóstico cimbró a sus jóvenes padres, quienes en principio se aferraban a la idea de que se trataba de un error.
Entonces se vieron obligados a practicarse ellos también la prueba de laboratorio y fue hasta ese momento cuando descubrieron que estaban contagiados y que había sido la madre quien transmitió el virus a la hija durante el embarazo.
La menor sólo sobrevivió tres meses, ya que por su delicado estado de desnutrición, el organismo ya no le respondió. El papá falleció ocho meses después de que muriera la niña. La madre vivió dos años más. Y se acabó la familia.
El personal médico que los atendió, recuerda al matrimonio como una pareja joven, él de 24 y ella de 21, él vigilante y ella ama de casa, muy guapos y de buen cuerpo los dos.
Otra familia de la zona urbana de Tampico también vivió su propio drama. Luego de haberse ido un tiempo de bracero y regresar a su hogar, el padre de familia empezó a ver mermada su salud. El hombre de 29 años, llegó muy delicado al hospital, donde le diagnosticaron el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Su esposa, de unos 24 años de edad, apenas se reponía del shock que le produjo la noticia cuando recibió otro golpe demoledor: ella también estaba infectada. Pero la pesadilla no terminaba ahí y al hacerles un análisis de sangre, resultó que sus dos hijas, una de siete meses y la otra de dos años de edad, también se hallaban contagiadas.
El jefe de la familia sólo sufrió un mes. Y cuatro años más tarde, murió la hija mayor, que para entonces ya tenía seis años. La madre aún peregrina junto con su hija menor, luchando con todas sus fuerzas para salir adelante, aún en medio de su sentencia de muerte.
En el Hospital General también se recuerda el caso de un menor de cuatro años a quien le diagnosticaron tuberculosis. Su madre había muerto dos años antes, a causa del mismo padecimiento. Pero en realidad, tanto el niño como su progenitora, estaban enfermos de SIDA.
Ella nunca supo su realidad y la de su hijo. Este último ahora tiene ocho años, y en medio de su orfandad y su condena a muerte, lucha por la vida, apoyado por sus familiares maternos. Estas historias son reales y por respeto se omiten nombres y otros datos de las víctimas. Es tan sólo una mínima parte de la dramática realidad del SIDA en el sur de Tamaulipas.
Los casos fueron descritos por personal de la Secretaría de Salud, fuente que insiste en la importancia de detectar el SIDA desde el embarazo, porque de esta forma, la expectativa de vida puede ser hasta de 20 años con un buen tratamiento. El examen se practica desde el tercer mes de gestación y es gratuito.
Rosalinda Gómez, psicóloga del Capasits, afirma que hay una esperanza de prolongar y mejorar la calidad de vida de los enfermos, si el virus se detecta a tiempo.
La estadística del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA (Censida), revela que en México hay 3 mil 196 casos acumulados de menores de 15 años con SIDA, según el registro del 2009.
El mismo organismo precisa que en el país hay un total de 135 mil 003 casos de VIH de todas las edades. Y de éstos corresponden a Tamaulipas 3 mil 340.
De acuerdo con información del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), todos los días se producen cerca de mil 800 infecciones por VIH entre los menores de 15 años, la mayoría debidas a la transmisión de madre a hijo.
Mil 400 menores mueren debido a enfermedades relacionadas con el SIDA. Menos de un 10% de las mujeres embarazadas reciben servicios para evitar la transmisión del VIH a sus recién nacidos. Menos de un 10% de los niños que han quedado huérfanos o son vulnerables a causa del SIDA reciben asistencia pública.
Tratamientos cuestan de 3 mil a 5 mil pesos
Entre más avanzado esté el padecimiento más se encarecerán las medicinas.
De tres mil a cinco mil pesos mensuales, cuestan los tratamientos para los niños con el VIH SIDA, informó Sara Edna Carrizales Vargas, directora del Centro de Atención a Pacientes con Infecciones de Transmisión Sexual (Capacits).
Explicó que dicho monto puede variar, de acuerdo con el estado de salud de los pequeños. Entre más avanzado esté el padecimiento, serán más fuertes y caros los fármacos suministrados. Señaló que actualmente se encuentran bajo observación alrededor de 20 casos considerados como sospechosos, por lo que se les están realizando los exámenes correspondientes para confirmar o descartar la enfermedad.
La ignorancia de los padres de que son seropositivos, provoca que cada vez nazcan más niños contagiados. Por ello es importante que la madre lleve un adecuado control perinatal. Y es que a pesar de los reiterados llamados del Sector Salud para que las mujeres lleven un control de su embarazo, muchas de ellas no acuden a su chequeo periódico, ya que no lo consideran necesario pues se sienten aparentemente bien.
En todos los hospitales se practican a las embarazadas los estudios pertinentes para garantizar su salud. Actualmente es obligatorio que las futuras madres se hagan un examen de SIDA desde los primeros meses de gestación, lo que anteriormente no ocurría así.
Cuando una mujer resulta portadora del VIH, se buscará aminorar el riesgo de contagio para su bebé, mediante un tratamiento especializado. En el caso de que no se trate del primer hijo, a los demás hermanos también se les realizará la prueba correspondiente, y de ser necesario, también a los demás miembros de la familia.
Se debe diagnosticar la enfermedad a la madre en el embarazo para dar tratamiento integral a ambos, ya que si los pacientes con VIH/SIDA reciben atención desde pequeños, la esperanza de vida aumenta al menos a la etapa de adulto joven. La especialista Sara Edna Carrizales dio a conocer que un niño fue enviado a una casa hogar llamada Simón de Betania en Monterrey, Nuevo León, debido a que en la zona no podía permanecer con algún familiar.
Ahí continuarán suministrándole los medicamentos necesarios, para procurarle una mejor calidad de vida. Esa casa se ha caracterizado por albergar y atender a hombres, mujeres y niños desamparados con enfermedades como cáncer, tuberculosis y SIDA, con el objetivo de llevar una vida digna, a pesar de su padecimiento.
Hoy en día los niños al igual que los adultos, están expuestos al riesgo de contraer el VIH, ya sea por circunstancias como la de ser hijo de una mujer que es portadora del virus y lo desconoce, o por factores como una transfusión de sangre infectada o el abuso sexual.
Es por ello que CONASIDA ha llevado a cabo permanentemente talleres de prevención del VIH/SIDA para niños y adolescentes en escuelas primarias y secundarias, ya que la mejor forma de evitar que continúen naciendo niños y niñas infectados es preservando la salud sexual y reproductiva.
Berenice Ramírez y Cristina Gómez/Milenio.com

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Tribuna de Chihuahua