Las fuertes lluvias y las inundaciones en el nordeste de Brasil han causado más de 30 muertos y han obligado a unas 150.000 personas a dejar sus hogares, destrozados por el agua. Los Estados de Pernambuco y Alagaos son los más afectados. El Gobierno central brasileño ya ha anunciado que destinará 120 millones de euros para ayudar a los afectados. El presidente Lula Inácio da Silva lo ha anunciado por televisión. El pasado mes de abril 200 personas murieron también debido a un fuerte temporal en Río de Janeiro. En mayo del año pasado las intensas precipitaciones dejaron 29 muertos en el país.